Cada recuerdo depositado, usando con maestría la síntesis en no saturar y así desplegar los detalles, sin corrugar la verdad sin comprimir las emociones priorizando el contexto del concepto que interesa evidenciar , o sea la memoria. La existencia de hechos que terminan condicionando el presente, en el cual te detienes cada vez que un recuerdo te exija el repaso de acontecimientos vividos, genera emociones que demuestran la fantástica plasticidad existencial que la memoria nos ofrece tramite un “deja vu “, que termina saboteando el olvido en el cual habías delegado el asunto, cuantas veces prometiste honestidad en el repaso de tu vida y terminas negociando con el laberinto del miedo de enfrentarte al fracaso , trapo que arrastras con desgano deletreando un recuerdo. Tantos como los días son los senderos de la memoria en los cuales paseamos la vida. Bajo esta premisa y con la anuencia permisiva de los ausentes, escribo remunerando en parte el extremo sacrificio que muchos de ellos derramaron en el barro posesivo que los acompañaba a sus faenas , el tiempo transcurrido en este valle no debe ser solo enumerado ni amedrentado por el estruendo de las interminables lluvias que enclaustraban sus esperanzas y hundían el sol entre sus nubes , como universalizar el reto de nuestros antepasados amaneciendo en Talamanca, todos los días de su juventud laboriosa y sufrida, mientras la adultez los recogía al final de la tarde exhaustos y desencajados llegando a sus casas a repostar fuerzas y afecto, cuando lo había. Por estas y otras verdades posadas en el destino de todas la mujeres y hombres que aquí generaron humanidad y civilización sin que las carencias de momento fatigaran su lucha. Escribo por ellos y a ellos hemos dedicado el grupo de trabajo el acontecer infinito de los instantes que marcaron la vida con el pasar delos años anchos o angostos de todos nosotros habitantes de la memoria.
STEFANO CESARE CONSUMI. 28 noviembre 2023